INTRODUCCIÓN
⌅La Educación Superior enfrenta hoy nuevos problemas desde lo social, relacionados con fenómenos complejos como la globalización, la masificación de la educación superior, el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. Desde la educación, esta realidad se puede transformar toda vez que cuando un profesional es formado desde el posgrado, se prepara para contextualizarlo, para atemperarlo a las nuevas exigencias de la sociedad.
El desarrollo creciente del conocimiento supone un significativo incremento de nuevos cursos de posgrados que estén diseñados para dar a conocer las nuevas modificaciones del conocimiento, que desarrollen en el profesional la capacidad de asimilar la nueva información, de generar innovación y de actualizarse continuamente a lo largo de toda su carrera. Lo anterior demanda de las instituciones educativas de perfil agropecuario, la revisión del proceso de superación y formación postgraduada. Supone evaluar los cambios o las transformaciones de los programas existentes como resultado del efecto de este proceso, sobre los recursos humanos del territorio. Se convierte en una necesidad para lograr juicios de valor sobre la magnitud y profundidad de estos cambios, en virtud de lo previsto en los objetivos a alcanzar y la valoración de su impacto en la práctica atendiendo al contexto que se analice (Pérez, Rodríguez, y García, 2010, p. 3). El incremento de las necesidades de superación conlleva a la revisión del sistema de superación y formación postgraduada en las universidades. Dado que se impone ampliar la accesibilidad al incorporarse más profesionales a la formación continua.
Evaluar el impacto de la superación permite medir y valorar la pertinencia de la formación, en correspondencia con el modelo deseado. También dinamiza las transformaciones operadas en su desempeño profesional y en su entorno, así como la calidad de los estudios de postgrado, para contribuir a su mejora. Además de dar respuesta a la necesidad de conocer qué cambios han experimentado las instituciones educativas que tienen un perfil agropecuario y que cuentan con altas concentraciones de graduados en estos programas, y valorar su desempeño como profesionales.
Los procesos evaluativos de programas de posgrado alcanzan niveles superiores en Cuba, con la consolidación de la Junta Nacional de Acreditación (JAN), el Sistema Universitario de Programas de Acreditación (SUPRA) y especialmente el Sistema de Evaluación y Acreditación de maestrías (SEA-M), que norman y acreditan la calidad de las instituciones, la implementación de los programas y su impacto sobre la sociedad.
Por otro lado, en la Universidad Agraria de La Habana, no existen antecedentes de aplicación de una metodología que permita medir los resultados de la capacitación posgraduada y en particular en aquellos programas que se coordinan desde el Centro de Estudios de la Educación Superior Agropecuaria (CEESA).
DESARROLLO
⌅En el ámbito pedagógico, el término evaluación es considerado como una generalización relativamente reciente, como concepto superior a la comprobación, la medición y el examen. Su aparición vinculada al desempeño profesional, se remonta al momento mismo en que un individuo dio empleo a otro lo que conllevó a tomar un carácter oficial en la medida en que el recurso humano revaloriza su lugar en el mercado laboral y en el desarrollo social.
Al analizar la evaluación como un proceso en evolución, se advierte que su empleo en el ámbito pedagógico ha alcanzado una notable trascendencia. Se considera que su avance se fundamenta en la aceptación del principio del perfeccionamiento permanente de la educación, comúnmente reconocido en el campo de la pedagogía desde mediados del siglo XIX.
Sin embargo, a mediados del siglo XX, en Estados Unidos, Ralph Tyler, destacado educador norteamericano, fue el primer autor que incorporó el concepto de evaluación y lo diferenció de otras actividades educativas. Desde esta posición Tyler (1950)Tyler, W. (1950). Basic principles of curriculum and instruction. University of Chicago, EEUU. solo limita la función de la evaluación a la comparación entre el estado deseado de los fenómenos estudiados, en relación con los objetivos propuestos, aunque aparecen elementos de valor como antecedentes de las concepciones actuales, entre los que destacan: la selección de medidas técnicas adecuadas que orientan cierta intención hacia la validez y fiabilidad de la información, la definición de los objetivos en términos de comportamientos y la explicación de los propósitos de la estrategia a las personas responsables.
Rodríguez (2000), define evaluación educativa como la medida o comprobación del grado de consecución de objetivos, lo que comporta una recogida de información para emitir un juicio de valor codificado en una calificación, con vistas a la toma de decisiones.
Por otra parte, Fernández (2005), define evaluación como: “Proceso contextualizado y sistematizado, intencionalmente diseñado y técnicamente fundamentado, de recopilación de información relevante, fiable, y válida, que permita emitir un juicio valorativo en función de los criterios previamente determinados como base para la toma de decisiones.” (s/p)
De los criterios que emiten los autores antes mencionados se destaca como elemento común que la evaluación como proceso, permite como fin último expresar criterios de valor que viabilizan la toma de decisiones.
Otros autores como Añorga (2012), González y Valcárcel (2001)González, D., Valcárcel N. (2001). Evaluación y Acreditación Institucional. Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca. (Tesis en opción al grado de Máster). Centro de Estudios de Postgrado e Investigación. Sucre, Bolivia., Escudero (2003)Escudero, T. (2003). Desde los tests hasta la investigación evaluativa actual. Un siglo, el XX, de intenso desarrollo de la evaluación en educación. Revista Electrónica de Investigación y Evaluación Educativa [Internet]. [Citado 24 Abr 2012]; 9(1): [aprox.5p.].Disponible en: http://www.uv.es/RELIEVE/v9n1/RELIEVEv9n1_1.htm. entre otros, desde sus estudios de cara a los procesos evaluativos realizaron aportes a la definición de la evaluación entendida como:
“…el conjunto de valoraciones con enfoque integral, sistémicas y contextual que incluye el producto pero sobre todo el proceso, que emiten acerca del objeto evaluado, como resultado de la comprensión del desarrollo alcanzado y que caracteriza la información necesaria para la toma de decisiones y posible corrección del diseño y la ejecución del objeto evaluable”. (Añorga, 1994, s/pAñorga Morales, J. (1994). Educación Avanzada ¿Mito o Realidad? CENESEDA. ISPEJV. Universidad de Sucre. Material Docente. En Internet: http://www.español.geocities.com )
Por su parte, las autoras señalan que la evaluación en la educación se define desde diferentes aristas, abordándose esta en cuanto a evaluaciones institucionales, de calidad del aprendizaje, del desempeño del docente, entre otras.
Dentro de la evaluación educativa se destaca la evaluación de impacto. Con respecto a otros tipos de evaluación el término evaluación de impacto es reciente. Fue tratado por primera vez a finales de la década de los años 60’s en los países desarrollados, por los investigadores que estudiaban el medio ambiente, como un proceso de análisis y prevención de impactos ambientales. Estos estudios se extendieron al ámbito de la ciencia, la formación y superación de los recursos humanos y a lo social ante la presión de la sociedad en general a finales de la misma década.
La evaluación de impacto se incorpora en los últimos años de la década de los 90´s al contexto educativo cubano, aunque su origen no se atribuye a la esfera educacional. El término impacto, proviene de la voz “impactus”, del latín tardío y significa, en su tercera acepción, “impresión o efecto muy intensos dejados en alguien o en algo por cualquier acción o suceso”.
La tarea de evaluar el impacto constituye una gran dificultad para muchos proyectos y programas. Medir el impacto es concretamente, tratar de determinar lo que se alcanza, lo cual generalmente es muy difícil cuando se trata de evaluar cambios cualitativos en los comportamientos humanos.
No obstante, Añorga (1997)Añorga, J. (1997). Diseño Teórico-Práctico de Modelo de Evaluación de Impacto. Material Impreso Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”. La Habana, considera que la evaluación de impacto “…incluye a todas las demás formas evaluativas, que es general y sintética, abarca el análisis de diversas esferas, los efectos esperados se pueden constatar tanto en los usuarios como en el entorno social y se dirige a conocer efectos esperados o no, positivos o negativos”.
Esta autora destaca en la anterior definición una visión general donde concibe todos los aspectos de las formas de evaluación en función de la obtención de resultados medibles.
La evaluación de impacto es por tanto la que se realiza para valorar el efecto múltiple del objeto evaluable de la manera más abarcadora posible. Es la toma de conciencia de la utilidad, que el objeto evaluable pueda generar, parcial o totalmente, de manera mediata, como resultado de su aplicación.
En esta misma línea de pensamiento Añorga y Varcárcel (2004) plantean que “… La evaluación de impacto, trata de establecer cuáles son los posibles efectos, consecuencias del objeto evaluable en una población amplia (comunidad o país, organizaciones, personas asociadas al usuario, etc.) y no sólo los efectos inmediatos propuestos y previstos, sino todo el espectro de consecuencias que resultan de la aplicación del objeto evaluable…”
Estos autores plantean que la evaluación de impacto puede ser entendida también como los efectos en una población amplia y sus consecuencias ya sean estas las previstas o no. Es decir, aquellos resultados que se obtienen con la aplicación del objeto evaluable.
En los planteamientos referidos sobresale la idea de cómo la evaluación del impacto puede constituir en sí misma una herramienta de trabajo dirigida a conocer los efectos del objeto evaluado. Lo que a los fines de la presente investigación es de gran relevancia, la cual está dada porque la propuesta presentada desde la teoría concibe, en este proceso, un instrumento factible, en el hecho de conocer una realidad dada.
Según Abdala (2004)Abdala, E. (2004). Manual de evaluación de impacto de programas de formación. Recuperado de http://www.feyalegria.org/images/acrobat/man_eva_5369.pdf. la evaluación de impacto es un proceso de rendición de cuentas a toda la sociedad que permite:
-
Registrar y analizar todas las experiencias positivas y negativas, mediante la comparación en el grupo control, sistematizándolas.
-
Evaluar el contexto socioeconómico y político en que se da la experiencia.
-
Identificar los actores involucrados y su peso específico en los resultados.
-
Estudiar la articulación interinstitucional y público/privado.
-
Ofrecer estudios de costo beneficio.
-
Concertar aportes de los técnicos en gestión, mediante la difusión de la información proveniente de la evaluación y su posterior discusión entre los responsables de la gestión.
-
Informar de forma clara y objetiva a los responsables de la toma de decisiones sobre la marcha de los programas; esta retroalimentación promueve el reforzamiento institucional. (Abdala, 2004Abdala, E. (2004). Manual de evaluación de impacto de programas de formación. Recuperado de http://www.feyalegria.org/images/acrobat/man_eva_5369.pdf., p.29)
Es entonces válido destacar que permite conocer los efectos de un programa, que de forma integral tienen sobre las personas involucradas. Tanto en las instituciones como en la sociedad, así como las experiencias que formaron parte de la ejecución.
La evaluación de impacto permite de forma integral conocer todos los efectos de un programa sobre las personas involucradas y su alcance en la sociedad; las experiencias que formaron parte de la ejecución del programa; la relación que existe entre el costo y el beneficio alcanzado y, la efectividad prevista o no del programa.
Atendiendo a los planteamientos anteriores podemos resumir que la evaluación de impacto se caracteriza por:
-
Ser Integral, global, generalizadora.
-
Medir los efectos deseados en los beneficiarios y en la sociedad.
-
Utilizar diferentes formas de evaluación cualitativa y cuantitativa.
-
Posibilitar la profundización de las transformaciones ocurridas tanto las esperadas como las no esperadas, positivas y negativas.
-
Por evaluar el contexto, la entrada, el proceso y el producto.
-
A partir de los análisis anteriores la autora de la presente investigación puede resumir que la evaluación de impacto se caracteriza entre otras razones por:
-
Ser general y sintética.
-
Abarca el análisis de diversas esferas en el plano espacial y en el plano temporal.
-
Los efectos esperados pueden constatarse.
-
Permite conocer la influencia transformadora del objeto evaluable incluso no prevista como resultado de su aplicación, tanto en los usuarios como en el entorno social, de manera favorable o adversa.
-
Se dirige a conocer los efectos esperados, positivos o no.
-
Se sirve de un sistema de indicadores que no excluye, sino presupone el uso de todas las demás formas evaluativas.
-
Para que exista una evaluación de impacto deben ser considerados especialmente los efectos positivos deseados.
La evaluación del impacto del posgrado constituye un proceso que, por su alcance y perspectiva merece ser llevado a cabo dado que proporciona las herramientas para la medición de la magnitud del impacto en un complejo marco de interacción multifactorial. Estas herramientas se concretan en las dimensiones a evaluar que irradian la esencia del objeto evaluable y se descomponen en indicadores atendiendo a sus principales rasgos.
Por tanto, a los fines de la presente investigación será necesario apreciar la evaluación del impacto de un programa de posgrado, como el proceso dirigido a evaluar la correspondencia entre los objetivos del programa y los resultados alcanzados por los participantes en el entorno social concreto, con el propósito de valorar el proceso formativo y propiciar la necesaria retroalimentación para elevar la pertinencia social del programa.
La sistematización de las definiciones expuestas permite definir una primera condición a cumplir por la evaluación del impacto del posgrado: la necesidad de valorar el logro de los objetivos planificados, así como de medir el efecto de la formación en los participantes y en sus contextos de actuación.
A partir del análisis de los referentes teóricos, se define la evaluación de impacto de los programas de posgrado como un proceso integral, dirigido a identificar y valorar la correspondencia de los objetivos en el entorno social y los efectos que se manifiestan en los modos de actuación de las personas, instituciones, organizaciones y sociedad en general.
La evaluación del impacto de los programas de posgrado, permite analizar su calidad, el impacto en el desempeño profesional de sus egresados, el crecimiento de las instituciones educativas y su pertinencia con las necesidades de superación de los educadores.
En los trabajos consultados sobre la temática, se constata que la mayor dificultad en el proceso de evaluación del impacto está asociada a un proceder metodológico que en ocasiones resulta descontextualizado. Lo que señala la necesidad de desarrollar un resultado científico que ofrezca pasos, etapas, procedimientos que contribuyan a organizar y sistematizar ese proceso de medición del impacto.
En tal sentido, es preciso señalar que la elaboración de metodologías constituye el propósito de diversas investigaciones que se realizan en el campo de la educación, la formación y la capacitación. El término metodología se asocia a los aspectos operativos del método científico. Desde una perspectiva operacional, el método es una secuencia de procedimientos que nos permiten conseguir un fin u objetivo.
En un plano más específico, significa un conjunto de métodos, procedimientos, técnicas, que, regulados por determinados requerimientos, permiten ordenar mejor el pensamiento y el modo de actuación para obtener y descubrir nuevos enfoques, en el estudio de los problemas de la teoría o de la práctica. Visto en un sentido más concreto, es posible distinguir dos acepciones de la metodología como aporte teórico, porque va dirigido al incremento del saber científico sobre la esencia del objeto y como aporte práctico, por incidir en la transformación del objeto.
En la conceptualización de la metodología la autora de la presente investigación, asume la definición propuesta por autores que consideran que es “un proceso lógico conformado por etapas, eslabones o pasos condicionantes y dependientes, que ordenados de manera particular y flexible permiten el logro del objetivo propuesto”. (Armas & Valle 2011, p. 48).
METODOLOGÍA
⌅La metodología que se aplica para el desarrollo de la investigación responde a un diseño mixto cualitativo-cuantitativo (Hernández et al., 2010, p. 755-756). La investigación toma como base el enfoque metodológico general materialista-dialéctico con sus correspondientes métodos.
Para el desarrollo de la misma son empleados dentro de los métodos de nivel teórico: el Analítico-sintético, Unidad de lo histórico y lo lógico, Inductivo-deductivo, Enfoque de sistema, Modelación teórica.
Por otro lado, se encuentran como métodos empíricos: la Observación Científica, Encuesta, Entrevista, Revisión Documental. Consulta a expertos, se empleará para la valoración teórica de la metodología, mediante el método de pronóstico de base subjetiva Delphi.
Dentro de los métodos matemáticos-estadísticos, se empleó la estadística descriptiva e inferencial. Fundamentalmente de tipo descriptivo: el análisis porcentual, la moda, gráficos, así como la selección y evaluación de indicadores e inferencial el Método de pronóstico de base subjetiva Delphi.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
⌅A partir de las entrevistas aplicadas a profesores involucrados en el proceso de desarrollo de los programas de posgrado del CEESA, se reconoce la presencia de acciones encaminadas a evaluar aquellos aspectos que responden a estándares de calidad. En correspondencia con lo anterior, las autoras de la presente investigación argumentan que en tanto evaluación, el Centro de Estudios de la Educación Superior Agropecuaria (CEESA) no alcanza a medir los impactos que estos programas tienen puertas afuera de la Institución.
Desde la revisión teórica realizada se expresan como fundamentales para la evaluación del impacto del posgrado las dimensiones que se planteen aspectos tanto de desarrollo profesional, tomar en cuenta las instituciones en las que se desarrollan los egresados de estos programas, como el aspecto social en tanto impacto de estas formaciones profesionales. En el análisis de la variable fundamental a partir de las tres dimensiones propuestas, para diagnosticar y evaluar el estado actual del impacto de estos programas que se coordinan desde el centro de estudios, se evidencia una valoración favorable de cara al impacto en el desarrollo profesional del egresado así como en el impacto en las instituciones educativas. Mientras que el impacto a nivel social resulta con una evaluación de medio a bajo, por limitaciones para la estructuración y sistematización del proceso continuo de evaluación de dichos programas desde el aspecto externo a la institución.
Hasta el momento se han sometido a valoración por expertos los indicadores y dimensiones propuestos para la evaluación del impacto de los programas de posgrado del CEESA con potencialidad para generalizarse a la evaluación de los programas de posgrado de otros centros de estudio, así como en instituciones educativas de perfil agropecuario.
CONCLUSIONES
⌅-
El análisis realizado desde los fundamentos teóricos permite reconocer como invariantes fundamentales para la conceptualización de la evaluación del impacto del posgrado: su carácter integral y, su posibilidad para identificar y valorar la correspondencia entre los objetivos, el entorno y los efectos de un programa en instituciones, organizaciones y la sociedad en general.
-
A partir de la variable en estudio se proponen como dimensiones: desarrollo profesional del docente egresado, impacto en las instituciones educativas e impactos a nivel social. Para su operacionalización se han desarrollado de 5 a 7 indicadores en cada una, que permiten su medición a partir de una clasificación de Alto, Medio o Bajo.