La electricidad es producida por fuentes convencionales y renovables (García et al., 2013GARCÍA, H.; CORREDOR, A.; CALDERÓN, L.; GÓMEZ, M.: “Análisis costo beneficio de energías renovables no convencionales en Colombia”, Centro de Investigaciòn Económica y Social, 2(5): 204-222, 2013, DOI: http://dx.doi.org/10.1108/JCM-10-2014-1179.; Galetovic y Muñoz, 2011GALETOVIC, A.; MUÑOZ, C.: “Carbón versus viento. Los costos de generar electricidad incluyendo las externalidades ambientales”, El Trimestre Económico, LXXVIll(4): 753-779, 2011.). Dentro de las primeras se encuentran las que utilizan combustibles fósiles para generar procesos termodinámicos, como las centrales carboeléctricas, termoeléctricas y nucleares; mientras que en las segundas se ubican las centrales fotovoltaicas, térmica solar, mareomotriz, hidroeléctricas, biomasa, eólica y geotérmica (García et al., 2013GARCÍA, H.; CORREDOR, A.; CALDERÓN, L.; GÓMEZ, M.: “Análisis costo beneficio de energías renovables no convencionales en Colombia”, Centro de Investigaciòn Económica y Social, 2(5): 204-222, 2013, DOI: http://dx.doi.org/10.1108/JCM-10-2014-1179. y Posso 2012POSSO, F.: “Energía y ambiente: pasado, presente y futuro.”, Revistas científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal, 12(3): 54-75, 2012.).
Las fuentes convencionales tienen la desventaja de utilizar combustibles fósiles para su funcionamiento, en consecuencia, producen una gran cantidad de productos de combustión que son arrojados al medio ambiente, como CO2, NO y SO2, entre otros, que son altamente contaminantes según Posso (2012)POSSO, F.: “Energía y ambiente: pasado, presente y futuro.”, Revistas científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal, 12(3): 54-75, 2012., en contraparte, se sitúa a las energías renovables como las menos contaminantes y, en especial, a la fotovoltaica como la segunda menos contaminante (Merino, 2012MERINO, L.: “Energías renovables”, Energías renovables, 1(1): 20, 2012.).
(Anil et al., 2016ANIL, M.; SAYGIN, D.; MIKETA, A.; GIELEN, D.; NICHOLAS, W.: “The True Cost of Fossil Fuels: Saving on the Externalities of Air”, IRENA, : 1-12, 2016.)), indican que la emisión mundial anual de CO2, relacionada con la generación de energía eléctrica por fuentes convencionales, fue de 30 y 35 giga toneladas (Gt) durante 2010 y 2014, respectivamente, dicha tendencia significa que para 2030 se generarán 42 Gt, por lo que recomiendan que, para disminuir las emisiones de CO2 a poco menos de la mitad, se requiere la puesta en marcha de algún tipo de energía renovable combinada con el uso de equipos de mayor eficiencia.
Internacionalmente se percibe a México con un gran potencial solar fotovoltaico (Mundo Hernández et al., 2014MUNDO, J.; DE CELIS, B.; HERNÁNDEZ, J.; DE CELIS, B.: “An overview of solar photovoltaic energy in Mexico and Germany”, Renewable and Sustainable Energy Reviews, 31: 639-649, 2014, ISSN: 1364-0321, DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.rser.2013.12.029.), al ubicarse geográficamente entre los 14° y 33° de latitud septentrional, con una radiación diaria superior a 4.4 kWh/m2 y en algunos sitios hasta 6 kWh/m2, lo que hace que cuente con condiciones favorables para explotar la tecnología fotovoltaica (SENER, 2015SENER: “Prospectiva de Energías Renovables”, Diario Oficial de la Federación, 1: 156, 2015, ISSN: 1098-6596, DOI: http://dx.doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004.). IRENA 2018IRENA: “Power Generation Costs in 2017”, Renewable power generation costs in 2017, Abu Dhabi, 2018.) menciona que los costos de producción a nivel mundial de energía eléctrica por fuentes convencionales se sitúan entre los 0.05 y 0.17 USD/kW mientras que el costo de producción por fuentes fotovoltaicas para la región de Norteamérica es de 0.12 USD/kW.
Pese a lo anterior, la capacidad de generación de energía eléctrica en México, durante el 2015, fue de 41,899.4 MW, de los cuales aproximadamente el 25% se produjo en centrales generadoras basadas en energías renovables (CFE, 2015CFE: Informe anual 2015, Comisión Federal de Electricidad. México, 14-34 p., 2015, ISBN: 9788578110796.). De acuerdo con el comportamiento en años anteriores, para 2030 la Secretaría de Energía pronostica que la participación de las energías renovables será poco más del 32% de la generación de energía eléctrica total del Servicio Eléctrico Nacional (SENER, 2016SENER: “Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles Mas Limpios”, Secretaría de Energía, 2016.).
La energía eléctrica también es utilizada por diferentes unidades, entre ellas, los sistemas de producción agrícola. En 2015 consumieron el 4.75% de la energía eléctrica total generada en México (CFE, 2015CFE: Informe anual 2015, Comisión Federal de Electricidad. México, 14-34 p., 2015, ISBN: 9788578110796.), en ese mismo año se registraron 98 mil pozos para uso agrícola; 1,131,272 unidades de producción lechera, de las cuales 19,300 contaban con sala de ordeño y 8,980 con tanque enfriador según SAGARPA (2016)SAGARPA: Eficiencia Energética en el Sector Agropecuario, México, D.F., 21 p., 2016.; y más de 25 mil hectáreas con cultivos bajo estructuras de protección, en invernaderos, túneles altos y casas sombra (Bastida, 2017BASTIDA, A.: “Evolución y Situación Actual de la Agricultura Protegida en México”, En: Sexto Congreso Internacional de investigación en Ciencias Básicas y Agronómicas, Ed. Universidad Autónoma Chapingo, Texcoco, Estado de México, p. 287, 2017.). Se percibe un leve incremento de la utilización de la energía solar fotovoltaica en el ámbito agrícola según CFE (2015)CFE: Informe anual 2015, Comisión Federal de Electricidad. México, 14-34 p., 2015, ISBN: 9788578110796., particularmente en los sistemas de baja y mediana escala, pero no están claros los factores que determinan la decisión de los productores agrícolas en la adquisición de tal tecnología.
Diversos autores afirman que existen pautas en el mercado que influyen en el comportamiento de compra de productos y servicios (Moser (2015)MOSER, A.K.: “Thinking green, buying green? Drivers of pro-environmental purchasing behavior”, Journal of Consumer Marketing, 32(3): 167-175, 2015, DOI: http://dx.doi.org/10.1108/JCM-10-2014-1179.; Hessami y Yousefi (2013)HESSAMI, H.Z.; YOUSEFI, P.: “Investigation of major factors influencing green purchasing behavior: Interactive approach”, European Online Journal of Natural and Social Sciences, 2(4): 584-596, 2013.; Vazifehdoust et al. (2013)VAZIFEHDOUST, H.; TALEGHANI, M.; ESMAEILPOUR, F.; NAZARI, K.; KHADANG, M.: “Purchasing green to become greener: Factors influence consumers’ green purchasing behavior”, Management Science Letters, 3(2013): 2489-2500, 2013, ISSN: 19239335, DOI: http://dx.doi.org/10.5267/j.msl.2013.08.013.; Jeffrey y Hodge (2007)JEFFREY, S.A.; HODGE, R.: “Factors influencing impulse buying during an online purchase”, Electron Commerce, 7(2007): 367-379, 2007, DOI: http://dx.doi.org/10.1007/s10660-007-9011-8 .. El estudio de estos factores puede resultar de gran interés para los productores porque podrían adaptarse a las necesidades de los consumidores.
El análisis de las actitudes ha ganado mucho espacio en la sicología social, aún en la actualidad es motivo de múltiples estudios de índole empírico y estudios teóricos, el mayor interés desatado es debido a que se considera que las actitudes, producto de un proceso de socialización, influyen o condicionan fuertemente las distintas respuestas a los diversos estímulos que un individuo recibe de personas, grupos, objetos o situaciones sociales (Ortega, 1986ORTEGA, P.: “La investigación en la formación de actitudes: Problemas metodológicos y conceptuales”, Anales de pedagogía, 1(4): 187-201, 1986.). Bajo este supuesto, si se conoce la actitud de una persona hacia determinados objetos, ésta podría controlarse, inferirse y, aún, modificarse.
Se ha aceptado entonces, que la actitud es la predisposición aprendida a responder de forma consistentemente favorable o desfavorable con respecto a un objeto determinado (Adjen y Fishbein, 1980ADJEN, I.; FISHBEIN, M.: Understanding and predicting social behávior, Ed. Prentice-Hall, 2a ed., Englewood Cliffs, New Jersey, 1980, ISBN: 978-0139364358.). Se divide a la actitud en tres componentes: cognitivo, afectivo y comportamental. El primero de ellos se refiere a las creencias, asociaciones o vínculos que la persona establece entre el objeto y varios atributos Adjen y Fishbein (1980)ADJEN, I.; FISHBEIN, M.: Understanding and predicting social behávior, Ed. Prentice-Hall, 2a ed., Englewood Cliffs, New Jersey, 1980, ISBN: 978-0139364358., el segundo consiste en sentimientos, estados de ánimo, emociones y actividad nerviosa que la persona experimenta en relación al objeto, por último, el tercer componente consiste en las acciones que la persona desarrolla respecto al objeto (Eagly y Chaiken, 1993EAGLY, A.H.; CHAIKEN, S.: The Psychology of Attitudes, Ed. Harcourt Brace Jovanovich College Publishers, Orlando, Florida, 794 p., 1993.).
Con respecto a los tres componentes, se desarrolla un aprendizaje cognitivo cuando una persona adquiere información de forma directa o indirecta de un objeto, formándose una creencia al respecto. Las experiencias emocionales o afectivas suelen ser defendidas por varios autores como la principal base de preferencias de las personas. Consecuentemente, se han realizado estudios de las actitudes derivadas del comportamiento pasado (Sanzo et al., 2001SANZO, M.J.; DEL RÍO, A.B.; IGLESIAS, V.; VÁZQUEZ, R.: “El efecto de la actitud y de la calidad percibida sobre la intención de compra de un producto agroalimentario tradicional”, En: XI Congreso Nacional de ACEDE, vol. 1, pp. 1-24, 2001.). Al respecto Westbrook (1987)WESTBROOK, R.A.: “Product / Consumption-Based Affective Responses and Postpurchase Processes”, Journal of Marketing Research, 24(3): 258-270, 1987., realizó estudios de las respuestas efectivas basadas en el producto, consumo y procesos posteriores a la compra.
Sanzo et al. (2003)SANZO, M.J.; DEL RÍO, A.B.; IGLESIAS, V.; VÁZQUEZ, R.: “Attitude and satisfaction in a traditional food product”, British Food Journal, 105(11): 771-790, 2003, DOI: http://dx.doi.org/10.1108/00070700310511807. establece la formación de la percepción de la calidad como un proceso de dos etapas. En la primera, los consumidores eligen los atributos de calidad del producto de un conjunto de atributos que posee un producto determinado. En la segunda, los consumidores integran sus valoraciones de esos atributos individuales en un juicio global de la calidad del producto. Para ello, establece una dimensión dicotómica intrínseca-extrínseca como variables relativas a distintas situaciones de compra. Se entiende por calidad a “la valoración global o multidimensional que realiza el consumidor del producto que le reportará unas expectativas, en base a ciertos atributos condicionantes en su elección, que diferirá de la evaluación realizada por otro consumidor considerando el momento situacional, el tipo de producto y el perfil socio-demográfico que le caracteriza” (Sulé, 1998SULÉ, M.A.: Calidad percibida: Aplicación de los modelos de ecuaciones estructurales al ámbito agroalimentario, Universidad de Salamanca, 282 p., 1998.).
Sanzo et al. (2001)SANZO, M.J.; DEL RÍO, A.B.; IGLESIAS, V.; VÁZQUEZ, R.: “El efecto de la actitud y de la calidad percibida sobre la intención de compra de un producto agroalimentario tradicional”, En: XI Congreso Nacional de ACEDE, vol. 1, pp. 1-24, 2001. menciona que es importante conocer los atributos de naturaleza central como los de naturaleza periférica de un producto para conocer su influencia en el comportamiento del consumidor. Los componentes centrales son intrínsecos al producto e incrementan su utilidad por encima de su función básica, mientras que los periféricos o extrínsecos son la calidad, el compromiso medioambiental, entre otros.
En el proceso de adquisición de productos o servicios es importante considerar la utilidad o satisfacción que proporcionan al consumidor según Kotler y Keller (2012)KOTLER, P.; KELLER, K.L.: Dirección de marketing, Pearson Educación (ed.), Decimocuar ed., México, D.F., 808 p., 2012, ISBN: 9786073212458., por ello es fundamental conocer los beneficios o utilidades que el consumidor atribuye al producto. Se distinguen tres tipos de beneficios: funcionales, sensoriales y simbólicos. Los beneficios funcionales están relacionados con el grado en que el producto cumple satisfactoriamente su función básica, los beneficios sensoriales se refieren a la experimentación de sensaciones positivas, finalmente, los beneficios simbólicos tienen relación con la posibilidad de que la compra y consumo de un producto supongan para el individuo una forma de expresar sus valores y estilo de vida hacia las personas de su entorno social, al mismo tiempo que fortalece y enriquece la imagen que tiene de sí mismo.
La actitud de un consumidor hacia algún tipo de producto puede determinar el nivel de satisfacción que este alcanza en una situación específica de consumo de ese producto. Esto puede deberse a un doble efecto: primero, una relación directa de las actitudes con las percepciones de calidad que el consumidor tiene del producto; segundo, un efecto moderador de las actitudes en la relación casual percibida calidad-satisfacción (Figura 1).
A través del análisis del estado del arte, se desarrollaron 9 ítems para medir la actitud, 9 para evaluar la calidad, 7 para medir la satisfacción y 1 para evaluar la determinación de compra. Posteriormente se diseñó una encuesta semiestructurada dividida en cinco secciones. La primera sección se utilizó para identificar a la persona entrevistada. La segunda se empleó para medir la actitud que tienen los entrevistados con respecto a la energía solar fotovoltaica. La tercera se utilizó para medir la calidad de la energía fotovoltaica percibida por el entrevistado. En la cuarta sección se midió la satisfacción de los usuarios con el uso y consumo de la energía solar fotovoltaica.
Los sujetos de estudios tomados en cuenta fueron 39 productores agrícolas usuarios de la energía fotovoltaica. La investigación se llevó a cabo en el municipio de Texcoco, Estado de México, ubicado en la región centro de la República Mexicana, durante los meses de noviembre a diciembre de 2019.
Se emplearon técnicas de estadística inferencial para determinar la relación entre los factores y para establecer el grado de sensibilidad con el que influyen en la decisión de compra, de acuerdo con lo recomendado por Martínez et al. (2009)MARTÍNEZ, R.M.; TUYA, L.C.; MARTÍNEZ, M.; PÉREZ, A.; CÁNOVAS, A.M.: “El coeficiente de correlación de los rangos de Spearman”, Revista Habanera de Ciencias Médicas, VIII(2): 1-19, 2009..
En la Figura 2 se muestran los promedios registrados de las respuestas para cada ítem. Como podrá notarse, las respuestas se encuentran comprendidas entre los valores 3 a 5. Para magnificar estas mediciones y poder realizar con eficacia el análisis estadístico, se recategorizaron en respuestas dicotómicas, a los valores 3 y 4 se les asignó el valor de 0, y a los valores de 5 el valor de 1.
Con los nuevos valores dicotómicos obtenidos, se empleó un modelo de correlación, en este caso, de acuerdo con lo recomendado por Martínez et al. (2009)MARTÍNEZ, R.M.; TUYA, L.C.; MARTÍNEZ, M.; PÉREZ, A.; CÁNOVAS, A.M.: “El coeficiente de correlación de los rangos de Spearman”, Revista Habanera de Ciencias Médicas, VIII(2): 1-19, 2009. para variables binarias, se obtuvo la correlación Rho de Spearman.
Tomando en cuenta lo recomendado por Santoyo et al. (2002)SANTOYO, H.; SUVEDI, M.; RAMÍREZ, P.: Manual para la evaluación de programas de desarrollo rural, Mundiprensa (ed.), Ed. Mundiprensa, Segunda ed., Texcoco, Edo. de México, 255 p., 2002, ISBN: 968-7462-31-0., de los coeficientes de correlación calculados entre los ítems de la actitud y los de la calidad, destacan cinco ítems de la actitud con asociación significativa sobre siete ítems de la calidad, según se muestra en el Cuadro 1.
**. La correlación es significativa en el nivel 0.01 (bilateral).
*. La correlación es significativa en el nivel 0.05 (bilateral).
a. No se puede calcular porque, como mínimo, una de las variables es constante.
Fuente: elaboración propia.
Bajo las mismas consideraciones, se determinó el índice Rho de Spearman para los ítems de la calidad, comparados con los de la satisfacción, resultando seis ítems de la calidad con asociación significativa sobre seis ítems de la satisfacción, como se muestra en el Cuadro 2.
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).
*. La correlación es significativa en el nivel 0,05 (bilateral).
Fuente: elaboración propia
Con base en las correlaciones calculadas, se establecieron tres tipos de ítems:
Tipo 1. Ítems sin trascendencia. Son los que no presentaron asociación con ningún otro.
Tipo 2. Ítems con trascendencia leve. Son los que presentaron correlación significativa con un sólo ítem.
Tipo 3. Ítem con trascendencia alta. Aquellos que presentaron asociación con ítems continuos hasta llegar a la decisión de compra.
Tipo 3. Ítems no medibles. Este tipo de ítems no pudo ser medido por que no presentaron variación.
La correlación entre los diferentes ítems de la actitud, calidad y satisfacción puede observarse gráficamente en la Figura 3. Los que tuvieron una asociación significativa se unieron con una flecha, los marcados en color azul presentaron una correlación positiva y los marcados en rojo tuvieron una asociación negativa.
Se propuso un indicador InAtk que es una adaptación del índice de adquisición de innovaciones propuesto por Muñoz et al. (2007)MUÑOZ, M.; AGUILAR, J.; RENDÓN, R.; ALTAMIRANO, J.R.: Análisis de la dinámica de innovación en cadenas agroalimentarias, CIESTAAM, U.A.C.- (ed.), Primera ed., Texcoco, Estado de México: Universidad Autónoma Chapingo, 73 p., 2007, ISBN: 9789680203895.. Se obtuvo un indicador por cada atributo (actitud, calidad o satisfacción). En el caso de esta investigación es la razón que resulta de dividir el número de ítems con respuesta de éxito (con valor de 1), sobre el número total de ítems, multiplicado por cien (Ecuación 1). En el Cuadro 3 se muestran los indicadores obtenidos por la actitud, calidad y satisfacción, calculados por medio de la Ecuación 1.
donde:
Indicador del atributo k;
número de ítems con valor de 1 por atributo (actitud, calidad o satisfacción);
número de ítems por atributo (actitud, calidad o satisfacción).
Puede identificarse que el indicador muestra la proporción en que los individuos entrevistados demostraron estar totalmente de acuerdo con lo que se aseveraba, contra el total de ítems considerados en cada rubro. En este sentido, entre mayor es el indicador, el individuo percibió estar más de acuerdo con los ítems de la actitud, calidad y satisfacción.
Fuente: elaboración propia.
Estos indicadores fueron utilizados en el análisis de agrupamiento jerárquico considerando el método de Ward y distancias Euclidianas, mediante esta herramienta se obtuvieron tres grupos estadísticamente diferenciados.
El grupo 1 fue formado por 11 individuos, con una media en la actitud de 85.87, calidad de 76.79 y satisfacción de 100; mientras que el grupo 2 estuvo constituido por 22 individuos, con una media en la actitud de 77.8, calidad de 31.29 y satisfacción de 81.80; por último, el grupo 3, compuesto por 6 individuos, con una media en la actitud de 66.7, calidad de 18.50 y satisfacción de 26.22. Como se puede observar, el grupo 1 tiene los más altos valores en los atributos de la actitud, calidad y satisfacción, en contraposición, el grupo 3 tiene los más bajos valores. Al hacer el análisis de varianza, los tres grupos fueron significativamente diferentes.
Los tres agrupamientos resultantes por el método de Ward fueron corroborados mediante un análisis discriminante canónico que utiliza como variables clasificadoras precisamente a los tres grupos. La discriminación es una técnica multivariada relacionada con separar las observaciones y con la asignación de nuevos objetos a grupos previamente definidos, como los formados previamente (Johnson y Wichern, 2007JOHNSON, R.A.; WICHERN, D.W.: Applied multivariate statistical analysis, Hall, P.P. (ed.), Sixth ed., New Jersey, EEUU, 773 p., 2007, ISBN: 9780131877153.). El análisis discriminante es más bien de naturaleza exploratoria. Como procedimiento de separación, a menudo se emplea una sola vez para investigar las diferencias observadas cuando las relaciones causales no son bien entendidas (Palmer et al., 2004PALMER, M.; LINDE, M.; PONS, G.X.: “Correlational patterns between invertebrate species composition and the presence of an invasive plant”, Acta Oecologica, 26(3): 219-226, 2004, ISSN: 1146609X.; Lorbes et al., 2015LORBES, J.; GARCIA, Y.; MILLA, M.; DIAZ, L.: “Análisis discriminante canónico con técnicas gráficas multivariadas aplicado a un diseño con dos factores”, Investigación en Ingeniería, 11(2): 38-47, 2015.). A través de este análisis se identificó la actitud, calidad y satisfacción que tuvo mayor relevancia en la definición de estos grupos.
Se determinaron dos funciones discriminantes canónicas (FCD1 y FCD2) que describieron el 100% acumulado de la variabilidad conjunta de los 37 caracteres secundarios para definir los grupos; la primera representó el 93.2% y la segunda el 6.8%.
Al graficar ambas funciones, tomando la FCD1 en el eje X y FCD2 en el eje Y, se pueden apreciar los tres grupos diferenciados (Figura 4). Puede notarse que en el eje X los grupos están claramente definidos y separados unos de otros, mientras que en el eje Y no se encuentran tan bien definidos.
En este análisis se utilizaron los tres grupos formados en el análisis clúster jerárquico por indicadores, con las mismas características, pero ahora considerando todos los ítems de los tres atributos. Mediante la comprobación por el análisis canónico discriminante, se generaron dos FCD, la primera describe en 68.3% a la varianza, mientras la segunda la describe en 31.7%, ambas funciones fueron significativas.
Mediante la aplicación de las FCD obtenidas, se obtuvieron los coeficientes de cada ítem para analizar su sensibilidad dentro del proceso de adquisición. Los coeficientes en orden de discriminación se mencionan en el Cuadro 4.
Fuente: elaboración propia, con datos del análisis canónico discriminante.
Si se señalan los ítems con coeficiente mayor a 0, en el diagrama de correlaciones de la Figura 3, se podrán visualizar aquellos con mayor importancia discriminativa. En la Figura 5 se muestran con color azul claro los ítems con coeficiente de la FCD1 mayor a cero y con color azul fuerte a los ítems con ambos coeficientes (FCD1 y FCD2) mayor a cero. Podrá notarse que coinciden con los que habían demostrado tener un índice significativo de correlación, pero el análisis canónico discriminante ahora marca un orden de importancia.
La solar fotovoltaica es una de las principales energías limpias utilizadas en México, puesto que es de las que menos contamina y de menor costo de producción. El país se encuentra en una excelente ubicación para explotarla.
Se comprobó que existe asociación entre algunos factores intrínsecos y extrínsecos que influyen en la adquisición de la EFV. El análisis de correlación permitió visualizar la asociación entre factores de la actitud con los de la calidad, a éstos con los de la satisfacción y, a estos últimos con la adquisición de la EFV.
El análisis canónico discriminante pudo comprobar, a través de tres grupos realizados utilizando el análisis clúster jerárquico, que los factores ubicados en el análisis de correlación representan una acción con diferentes niveles de sensibilidad.
Como estrategia para fomentar la EFV, se propone promover el grado de satisfacción al hacer uso de la EFV, hacer saber que los usuarios se sienten importantes al colaborar con la generación de la electricidad del país, informar que no hay contaminación al medio ambiente por el uso de los sistemas FV, hacer partícipes de que los usuarios están convencidos de recomendar a otras personas la EFV, continuar educando a la población acerca de los beneficios del uso de la EFV y de que es una alternativa para sustituir a la energía convencional, dar a conocer el ahorro por energía eléctrica al usar los sistemas FV dado que es más barata que la convencional, informar que la instalación de los sistemas FV no afectan la imagen del negocio, comunicar que la EFV no genera ningún tipo de radiación, hacer extensivo que la inversión inicial no es una limitante para su adquisición, dar a conocer que la calidad de la energía generada por los sistemas FV es igual a la convencional, atender el problema del desperdicio del material después del cubrir la vida útil de los sistemas FV, informar que los usuarios de la EFV la prefieren en lugar de la energía convencional, dar a conocer que la EFV es segura de utilizar y finalmente, informar que los usuarios se sienten satisfechos con el proveedor del sistema FV.