INTRODUCCIÓN
El Grupo Empresarial Azucarero (AZCUBA), del Ministerio de la Agricultura, a partir de enero de 2008 introdujo una nueva tecnología para la cosecha mecanizada de la caña de azúcar, basada en la utilización de las cosechadoras CASE IH A 7000, de fabricación brasileña. Estas máquinas han representado grandes avances en el sistema de cosecha mecanizada tales como: aumento del volumen de caña cortada por hora y jornada de trabajo, producto de la elevación de la productividad de 8-12 a 40-50 toneladas por hora y la extensión de los turnos de trabajo de 8-12 horas a 24 horas, la reducción del gasto de combustible y de piezas que se utilizan en el mantenimiento y reparación de las máquinas,y la disminución de las materias extrañas de un 12-18% a 4-6%, lo que incrementa la cantidad de viajes por camión de 4-5 a 8-10 (Matos et al., 2010; González et al., 2012 Daquinta et al., 2014). Además de las anteriores ventajas también se pueden citar otras: los turnos de trabajo de 8-12 horas de cosecha pasan a 24 horas, la productividad se eleva de 8-12 a 40-50 toneladas por hora, las materias extrañas disminuyen de un 12-18% a 4-6% y como consecuencia de lo anterior se eleva la cantidad de viajes por camión de 4-5 a 8-10 y el aprovechamiento de la capacidad estática del transporte alcanza establemente el 100% (Daquinta et al., 2014).
Sin embargo, según Rodríguez (1999), esta nueva tecnología, con sistema de rodaje por ruedas neumáticas, presenta características inadecuadas para la cosecha en condiciones de alta humedad en los suelos de mal drenaje; ya que sólo puede trabajar hasta humedades cercanas al 50%. Por encima de esta, no es capaz de traficar adecuadamente, por lo que produce daños al campo por compactación y deformación de la superficie del suelo (Paneque-Rondón et al., 2018). Para garantizar su operación en las condiciones referidas, es necesario sistemas de rodaje de semiesteras o esteras, con los que se logran menores presiones sobre el suelo, y con ello el incremento de su capacidad de paso hasta un 70% de humedad; lo que trae consigo grandes ventajas desde el punto de vista económico y técnico (Rodríguez, 1999; Torres, 2006).
En Cuba el 25% de la caña plantada se encuentra sobre suelos arcillosos, de mal drenaje y alta plasticidad; muy susceptibles al sobre humedecimiento, como consecuencia de las lluvias caídas antes o durante la cosecha, lo que obliga en ocasiones a detener la misma durante 30 días en casos extremos (Rodríguez, 1999; Torres, 2006). Estos suelos se encuentran distribuidos fundamentalmente en zonas de llanuras depresionales o costeras, principalmente en el Valle del Cauto, costa sur de Camagüey, costa norte de Villa Clara y llanura sur de las provincias Mayabeque y Artemisa.
De lo referido hasta aquí se puede apreciar que existe una contradicción entre las posibilidades del complejo de máquinas recientemente adquirido y las exigencias de un grupo relativamente grande de productores ubicados en zonas con suelos de mal drenaje (Rodríguez, 1999; Torres, 2006). Por esta razón AZCUBA ha introducido en el país en los últimos 5 años más de medio centenar de cosechadoras CASE-IH, procedentes de Brasil, del modelo 8800, de orugas o esteras, equipada con un nuevo motor, cabina y picador, con alta capacidad para enfrentar elevados niveles de producción según López y Herrero (2018), y medios de transporte intermedio con sistemas de rodaje de alta flotación (Martínez et al., 2015).
Teniendo en cuenta lo expresado anteriormente, así como el hecho de que para la cosecha en condiciones de alta humedad de los suelos, con las cosechadoras recientemente adquiridas, no se han determinado los indicadores de explotación; se realizó el presente trabajo con el objetivo de determinar los índices de productividad y coeficientes de explotación de la cosechadora de caña de azúcar CASEIH A8800, mediante el empleo de las normas establecidas, en un agroecosistema vulnerable a la ejecución de la cosecha en las referidas condiciones.
MÉTODOS
La investigación se desarrolló en la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Carlos Perera, ubicada en áreas del central Héctor Rodríguez, en el macizo cañero de la costa norte de Villa Clara, en el centro de Cuba; con la cosechadora de caña de azúcar CASE IH Austof 8800, durante las zafras 2015-16 y 2016-17, con la variedad C 89-250, plantada en secano, en suelo Pardo Sialítico según Hernández et al. (2015); en cepa de primavera quedada (2015-16) y retoños (2016-17); con rendimiento agrícola estimado de 60 y 38 t/ha, respectivamente.
Según Bouzo et al. (2013) y Becerra de Armas et al. (2015), acorde a la clasificación climática de Köppen, el clima de la zona en la que se desarrolló el estudio clasifica como clima tropical de sabana (Aw), estacionalmente húmedo, con influencia marítima y rasgos de semicontinentalidad, con dos estaciones, una de lluvia y otra de seca; con valores de precipitación promedio de 876 y 155 mm, respectivamente; los más elevados se concentran en los meses de mayo a noviembre, y los más bajos en diciembre, enero y febrero. La temperatura media más baja ocurre en enero (21.1 0C) y la más alta en agosto (28.4 0C). En la zona existen 7 grupos principales de suelos; con predominio de los Hidromórficos (Gley húmicos, Gley Vértico y Gley Nodular Ferruginosos), los que ocupan el 61,1% de la superficie dedicada a caña de azúcar, siguiéndole en importancia los Pardos Sialíticos con 14,2% (Hernández et al., 1999).
El estudio se realizó en el mes de marzo de 2016 y 2017, con la cosechadora de caña de azúcar CASE IH A8800 (Figura 1a), con autobasculante de fabricación cubana y tractor Maxxum CASE IH 150 (Figura 1b), para el transporte intermedio, y trasbordo fuera del campo. Se determinaron los índices de productividad (Tabla 1) y los coeficientes de explotación (Tabla 2), a partir de los datos primarios obtenidos de la ejecución del cronometraje, según la metodología de IAgric (2013), en campos de 500 m de longitud, conformados por dos parcelas de 245 m cada una, espaciadas por una guardarraya de 5 m.
FIGURA 1.
Cosechadora CASE IH 8800 (a) y autobasculante con tractor Maxxum CASE IH 150 (b) empleados en el estudio.
TABLA 1.
Índices de productividad evaluados
TABLA 2.
Coeficientes de explotación evaluados
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los porcentajes de humedad del suelo durante la realización de las evaluaciones fueron de 51-65% en 2016 y de30-33% en 2017. El valor observado en el primer año se encuentra dentro del rango referido por López y Herrero (2018), como de alta humedad para estos suelos. Sin embargo, en el segundo año, la humedad encontrada clasificó en la categoría de baja, muy lejos de la condición de alta humedad. Según estudios realizados por (Rodríguez, 1999), la probabilidad de que ocurra la condición de alta humedad, en la zona objeto de estudio, en un año, es de 60%, y se manifiesta como promedio cada 2 años; de lo cual se infiere el carácter alternante de la ocurrencia de la misma, a diferencia de otros países en que esta es una condición permanente.
En la zafra 2015-2016 los índices de productividad evaluados, excepto la productividad por hora de explotación (W07), resultaron superiores a los alcanzados en 2016-2017 (Figura 2); en lo que influyó, fundamentalmente, el mayor rendimiento agrícola de las plantaciones de primaveras quedadas, en 2015-2016, respecto a las de retoños cortadas en 2016-2017; aun cuando, según Arcia et al. (2014), el rendimiento de ambas cepas se comportó muy por debajo de los potenciales para esta zona.
FIGURA 2.
Resultados de los índices de productividad.
La productividad por hora de tiempo limpio (W01) en 2015-2016 fue de 70 t/h, valor considerado como alto, debido al elevado coeficiente de aprovechamiento del tiempo de trabajo. La productividad por hora de tiempo operativo (W02) y la productividad por hora de tiempo productivo (W04) fueron de 59.4 t/h y 44.8 t/h, respectivamente; como consecuencia del incremento del tiempo auxiliar, por la mayor demora del medio de transporte en el viraje en las cabeceras de los campos; como consecuencia, a su vez, de la reducida franja de viraje; la que se comportó por debajo de los 10-12 m establecidos para este tipo de transporte, según lo señalado por (Martínez et al., 2015). En ambas zafras, la W04 resultó superior a las 30 t/h establecidas para las máquinas de reciente introducción, así como a los valores alcanzados por la Austoft-7700 por Rodríguez (1999). Los valores de W01, W02 y W04 en la zafra 2016-2017 fueron de 50.4, 40.4 y 38.3 t/h, por ese orden, inferiores a los obtenidos en la anterior etapa de cosecha.
La productividad por hora de tiempo de explotación (W07) fue de 30,0 t/h en 2015-2016, y de 36,3 t/h en 2016-2017; por debajo de lo encontrado por López y Herrero (2018), debido a los bajos rendimientos de los campos y la falta de transporte. Sin embargo, ambos valores resultaron superiores a los reportados por Rodríguez (1999), en evaluaciones realizadas a las cosechadoras CLAAS, con semiesteras, y Austoft-7700 con esteras.
En la zafra 2016-2017 todos los coeficientes evaluados mostraron cifras superiores a las alcanzadas en la cosecha 2015-2016 (Figura 3). El K21 se comportó con valores entre 0,85 y 0,90, similares alos encontrados por Daquinta et al. (2014) y López y Herrero (2018), con la CASE IH A 8000 y CASE IH A 8800, respectivamente; y superiores a los reportados por Rodríguez (1999), en las cosechadoras CLASS 2000, con semiesteras, y Austof 7700. El K3 alcanzó valores de 0,80 y 0,98; considerados como altos, como consecuencia de la elevada fiabilidad técnica de las cosechadoras. Estos valores resultaron superiores al reportado por López y Herrero (2018).
FIGURA 3.
Resultados de los coeficientes de explotación.
El coeficiente de utilización del tiempo productivo (K04) fue de 0,39 (2015-2016) y 0,43 (2016-2017); debido a los cortos períodos de tiempo empleados en la eliminación de los fallos técnicos como consecuencia de la alta seguridad técnica de la cosechadora objeto de evaluación. El coeficiente de utilización del tiempo de explotación (K07) fue de 0,35 (2015-2016) y 0,41 (2016-2017). Los valores alcanzados por ambos coeficientes se catalogan de bajos, y son inferiores a los encontrados por Rodríguez (1999), Daquinta et al. (2014) y por López y Herrero (2018), este último con igual modelo de cosechadora a la evaluada.
Los resultados obtenidos de la evaluación realizada corroboran lo expresado por López y Herrero (2018), quienes plantean que la efectividad en el trabajo de la cosechadora está sujeta a factores como el rendimiento agrícola, el aprovechamiento de la jornada laboral y las exigencias agrotécnicas entre otras.
CONCLUSIONES
Los índices de productividad de la cosechadora CASE IH A8800, en la zafra 2015-2016, excepto la productividad por hora de explotación (W07), resultaron superiores a los alcanzados en 2016-2017; como consecuencia, en esta última, del menor rendimiento agrícola de las cepas cosechadas.
Los coeficientes de pases de trabajo (K 21) y de mantenimiento técnico (K 3), en ambas zafras, alcanzaron valores semejantes o superiores al de otros modelos de cosechadoras explotados en el país; no así los coeficientes de utilización del tiempo productivo (K 04) y de utilización del tiempo de explotación (K 07), que alcanzaron, en las dos estaciones de cosecha, los valores más bajos, respecto a otros modelos de máquinas empleados.