INTRODUCCIÓN
Uno de los principales problemas para la producción de caña a nivel nacional e internacional lo constituyen las malezas. Según Díaz (1996), para contrarrestar este factor lo mejor es aplicar el manejo integrado, el cual incluye la preparación de suelo, cultivo intercalado, coberturas vivas, rotación de cultivo, deshierbe manual y el control mecanizado y químico, logrando así un manejo técnico y ambientalmente más seguro.
La preparación de suelo en particular desempeña un papel importante cuando se planifica y se ejecuta adecuadamente, por contribuir al control de malezas establecidas, por eliminar generaciones de malas hierbas y por la creación de condiciones en el suelo óptimas para la aplicación de herbicidas residuales (Betancourt et al., 2008). Sin embargo, las supervisiones técnicas realizadas en ese proceso han mostrado varias deficiencias que atentan contra la calidad de la labor y el efectivo control de arvenses desde la etapa inicial según Betancourt et al. (2015), tales como: inadecuada regulación de los aperos de labranza, trabajo con exceso de humedad, violación del plazo entre labores, inadecuado remate de amelgas y cabeceras, falta de uniformidad en la profundidad de trabajo y la utilización extensiva e intensiva de medios tradicionales como los arados y gradas de discos.
En aras de solucionar los problemas y perfeccionar el proceso, apoyado en los resultados de las investigaciones de más de 40 años, el INICA trabaja en la implementación y validación de un servicio de labranza en la agricultura cañera (Betancourt et al., 2018). El servicio tiene una estructura organizativa basada en tres ofertas: Asistencia técnica en los procesos de labranza de suelos (ATPLS), Asistencia técnica en la administración de la maquinaria agrícola y Prueba y evaluación de máquinas agrícolas. La ATPLS es la encargada de la planificación y se soporta en una herramienta computacional y el software LabraS, para las recomendaciones. La preparación de suelos es uno de los procesos esenciales en esta oferta por la importancia que tiene en la obtención de una buena plantación. Mediante la implementación de esta oferta se espera realizar una adecuada planificación de la preparación de suelo que permita perfeccionar el proceso y realizar un control más eficiente de las arvenses.
El objetivo de este trabajo es mostrar las peculiaridades de la ATPLS en el control de arvense en la preparación de suelos para la plantación de caña de azúcar.
MÉTODOS
La investigación se realizó en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Melanio Hernández, perteneciente a la Empresa Azucarera Sancti Spíritus, Cuba. Se consideró la campaña de preparación de suelos 2017-2018.
Los principales suelos de la UEB son los Pardos Sialíticos con 7199 ha (56%), los Fluvisoles con 1597 ha (13%), los Fersialíticos con 1302 ha (10%) y los Vertisoles con el 1 212 (9%), según Hernández et al. (1999).
Para la captura, procesamiento de los datos y obtención de los reportes se utilizó el sistema computacional LabraS, propuesto por Betancourt et al. (2018).
Mediante los datos solicitados al productor se identificaron las condiciones del terreno, la fecha de inicio de preparación y de plantación y los tipos de malezas predominantes en las áreas a fomentar, entre otros aspectos (Figura 1). Además, otras informaciones referentes a la maquinaria como la conformación de los pelotones y el inventario de fuentes energéticas e implementos.
FIGURA 1.
Ventana en el software para identificar la situación actual de las áreas a preparar.
El plazo entre labores constituye un codificador del software y es establecido por el grupo de experto. Se tomó en cuenta el plazo mínimo entre labores de 30 días para el laboreo primario después de una aplicación de herbicida en el acondicionamiento del área, de 25 días entre el laboreo primario y el secundario como mínimo para los medios tradicionales (arados de discos) y entre 7 y 10 días para esas mismas labores pero con el uso de escarificadores. Para el cruce, después de la primera grada, se estableció un intervalo de 7 días indistintamente del equipo a emplear (arados de discos o escarificadores). La definición de este parámetro permite determinar automatizadamente las fechas de inicio de las labores a excepción de la primera operación que coincide con la de inicio del trabajo especificada por el productor.
Los herbicidas y sus dosis se establecieron de conjunto con el Servicio de Control Integral de Malezas (SERCIM), los cuales se presentan en la Tabla 1.
La labor definida en el software a la cual se le recomienda el herbicida de acondicionamiento es la Aplicación de herbicida y el plazo mínimo establecido entre la conclusión de la preparación de suelos y el inicio de la plantación para recomendar herbicida de preservación fue de 60 días.
TABLA 1.
Herbicidas y dosis recomendadas
RESULTADO Y DISCUSIÓN
La distribución de los factores limitantes para la mecanización de la labranza de suelos en las 1 717 ha a preparar en la UEB Melanio Hernández (Figura 2), para la campaña 2017-2018, mostró problemas de rocosidad (47%) y pendiente (35%) principalmente, quedando el 17% sin limitaciones. Con este resultado se concluye que alrededor del 50% del área tienen potencialidades para el uso de la escarificación, partiendo de la premisa de que la presencia de rocas o piedras constituyen las principales limitaciones para su empleo.
FIGURA 2.
Distribución de los factores limitantes de las áreas a preparar.
La identificación de los factores limitantes para la labranza determina los cambio en las alternativas tecnológicas y el equipamiento a utilizar, lo cual asegura entre otros aspectos una mayor calidad del proceso y un mejor control de arvenses. Una muestra de recomendación emitida por el software LabraS para el bloque 01401 con problemas de pendiente, de la Unidad Productora Jesús Menéndez se muestra en la Figura 3.
La recomendación se brinda por unidad mínima de manejo, el bloque cañero, y presenta la secuencia de labores, los agregados, la fecha de ejecución, el gasto de combustible y el costo en función del área a realizar.
Definir las labores según las condiciones específicas del bloque asegura a priori donde implementar los aperos que realizan un control más efectivos de las arvenses y en cuantas operaciones. En el ejemplo mostrado se observa una de las alternativas con el uso de los escarificadores, representado en este caso por el M 250, en dos operaciones la Rotura (saeta) y Cruce (saeta). En ese sentido, la implementación de la escarificación en la preparación de suelos incorpora beneficios tecnológicos, energéticos, económicos, medioambientales y en especial un mejor control de las malezas reproducidas por rizomas y estolones (Labrada y Parker, 1996; Gómez et al., 1997; Crespo et al., 2013; Oliva et al., 2014; Betancourt et al., 2015; Marrero et al., 2017).
La especificación de la fecha de terminación de una labor y la de inicio de la siguiente en la carta tecnológica definen el plazo entre labores a considerar por el productor en la planificación. Cumplir el plazo es un elemento importante para lograr mayor calidad del trabajo y un mejor control de las arvenses al eliminar los brotes que surgen en el período de trabajo.
FIGURA 3.
Ejemplo recomendación para preparación de suelo por bloque.
Los elementos expuestos identifican procedimientos de trabajo en la ATPLS que facilitan, entre otros aspectos, un mejor control de las malezas desde la preparación de suelo por implementar métodos de control integral, coincidiendo con lo recomendado por Díaz (1996).
Por otra parte, y expresado de forma general se presenta el área a realizar por labores (Figura 4). La mayor demanda se encuentra en la grada mediana y la ligera, con más de 4 200 y 1 700 ha, respectivamente; como resultado de corresponderse al laboreo secundario tanto con el uso de medios tradicionales como de conservación en la labranza primaria; además, la implementación de la tecnología de plantación de base ancha (0,40 x 1,40 m) exige un mayor grado de mullición del suelo para lograr una adecuada conformación del lecho de plantación.
La labor de Aplicación de herbicida recomendada se refiere al empleo de productos para el acondicionamiento del campo y se identifica para las condiciones en que el tipo de maleza y su intensidad afectan la calidad del trabajo de los aperos de laboreo primario. La quema es una labor con un impacto negativo sobre el medio ambiente según Primavesi (1998) y Crovetto (1999) , pero existen situaciones en que se dificulta el trabajo con los equipos y no queda otra alternativa que aplicarla. Para realizar un manejo adecuado en la ATPLS se proponen dos variantes, una en la que se recomienda la Quema para aquellos escenarios con alta infestación de arvenses, con caña de bajo rendimiento sin cosechar y otras plantas arbustivas o en la demolición cuando existan altos residuos de cosecha; y la otra, Quema (opcional) aplicada cuando exista déficit de herbicidas para el a condicionamiento de las áreas a preparar.
FIGURA 4.
Área a realizar por labores en la preparación de suelo.
Por otra parte, también se analiza si el inventario de la UEB satisface la demanda de labores recomendadas por la ATPLS (Tabla 2). En ese sentido se encontró déficit de un arado de discos para las labores de Rotura (Disco) y el Cruce (Disco) y de una grada mediana, aunque es posible que con una adecuada planificación y aprovechamiento de la jornada se pueda suplir dicha necesidad. Se debe especificar que se satisface la demanda de la aplicación de herbicida con medios mecánicos (por tal motivo no se mostró en la Tabla 2).
Una situación más compleja se encuentra con los escarificadores, representado en este caso con el M 250, para lo cual se demandan tres equipos y sin embargo no existe en el inventario. La solución pudiera estar en la modificación de tres Bayamo 81 de la UEB para formar agregados con el Belarus 1523.
TABLA 2.
Demanda de implementos para la campaña de preparación de suelos
En la labranza mínima y de conservación desempeña un papel importante el uso de herbicida para el acondicionamiento de las áreas; además, los empleados para preservar el campo mientras se espera por las lluvias en las condiciones de secano. En este sentido es necesario acondicionar 459 ha (26%) y preservar 930 ha (54%). La mayor demanda de herbicida se encontró en el Glifosato con cerca de 7 mil Litros (Figura 5), ocasionado por su utilización en ambas condiciones y en particular el alto porcentaje de área de preservación.
FIGURA 5.
Demanda de herbicidas para preservar y acondicionar las áreas.
El alto porcentaje de áreas a preservar se debe a las fechas dadas por el productor para el inicio de la preparación de suelos y de comienzo de la plantación. Identificarlo oportunamente en la planificación facilita buscar soluciones en aras de abaratar los costos y lograr un control más efectivo y eficiente. En este caso se le propone al productor tres alternativas: primero redefinir las fechas, tanto la de inicio de la preparación como la de plantación; segundo aumentar los plazos entre labores respecto a los valores mínimo establecidos y tercero emplear el control mecánico mediante las gradas de discos o cincel, con énfasis en estas últimas por la mayor efectividad en el control de malezas reproducidas por rizomas o estolones.
Por concepto de aplicar la primera alternativa expuesta es posible reducir la demanda de herbicida de preservación en el 60% de lo recomendado, por lo que se dirige solo a 372 ha de las áreas a preparar (23%). De esta forma se disminuye la aplicación de Glifosato y Mayoral en 2 800 y 390 L, respectivamente.
Esta investigación demuestra que mediante una planificación sobre bases científicas, es posible identificar la situación general de las áreas a preparar para tomar las decisiones oportunas en cuanto a la adquisición y modificación de equipos; así como, la demanda de herbicidas necesarios para cubrir una campaña, concibiendo métodos combinado de control de malezas en la preparación de suelos.
CONCLUSIONES
La Asistencia Técnica en los Procesos de Labranza cuenta con procedimientos para el manejo integral de las arvenses en la preparación del lecho de plantación, combinando métodos químicos y mecanizados para un control más eficiente y efectivo.
En la campaña de preparación de suelos 2017-2018 de las 1717 ha, el 53% del área tiene potencialidades para el uso de la escarificación, sin embargo, existe déficit de tres escarificadores para la preparación de suelos.
Se identificaron las áreas que requieren acondicionamiento y preservación y la demanda de herbicidas asociadas, facilitando de conjunto con el SERCIM los planes de compra.